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Entre la tradición y la polémica, la nueva etapa de Tom Brady tras abandonar el campo de la NFL

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La NFL impone restricciones a Brady para preservar la equidad competitiva (EFE/EPA/CHRISTIAN BRUNA)

Tras una carrera legendaria como mariscal de campo y siete veces campeón del Super Bowl, Tom Brady transita una etapa singular: es propietario minoritario de los Las Vegas Raiders y analista principal en la cadena Fox Sports. Esta doble función, inédita y de enorme visibilidad, mantiene a Brady en el centro del debate público y desata un escrutinio inédito sobre sus pasos dentro y fuera del campo.

Episodio en la cabina: polémica y críticas a su conducta

La última controversia se desató durante la derrota de los Raiders por 20-9 ante los Chargers, cuando Brady fue captado en la cabina de entrenadores, un espacio reservado históricamente para el staff técnico y directivos exclusivos del plantel.

El episodio generó una ola de acusaciones y críticas, ya que su presencia podría interpretarse como un acceso privilegiado a información estratégica, incompatible con su rol de comentarista estrella y propietario minoritario. Voces de la liga apuntaron que este tipo de intervención “genera un precedente peligroso”, según The Guardian.

La presencia de Brady en la cabina de entrenadores de los Raiders desata polémica sobre ética y reglamentos (AP/Jerome Miron)

Distintos periodistas y exjugadores alzaron la voz, remarcando que la frontera ética y reglamentaria “no debería cruzarse bajo ninguna circunstancia”, en palabras de Fox Sports News. Para muchos, el hecho de que Brady combinara sus dos roles abre la puerta a la sospecha de conflicto de intereses o ventajas competitivas.

La respuesta de Tom Brady: justificación y defensa pública

El propio Brady eligió responder, defendiendo su conducta y relativizando las polémicas en su espacio semanal The 199. “El punto de intersección de mis roles no es un punto de conflicto, a pesar de lo que puedan creer los paranoicos y desconfiados. Es el punto de donde surge mi deber ético para crecer, evolucionar y mejorar el juego que me ha dado todo”, aseguró.

El exmariscal argumentó que su involucramiento desde distintos frentes responde a una pasión genuina y un compromiso ético por fortalecer al fútbol americano, según sus declaraciones reproducidas por BBC. Además, Brady insistió en que siempre actuará guiado por la integridad y transparencia, para garantizar que su doble función no se convierta en una ventaja desleal o un quiebre ético. “Mi historia en el deporte habla por sí sola y el objetivo es siempre cuidar lo mejor del juego”, recalcó.

La NFL aclara los límites de participación de Tom Brady para evitar conflictos de interés (AP/Nick Wass)

El pronunciamiento de la NFL: límites y aclaraciones tras el revuelo

Al hacerse pública la polémica, la NFL debió salir al cruce. A través de su portavoz Brian McCarthy, la liga explicó que “Brady estaba sentado en la cabina en calidad de socio comanditario”, según palabras recogidas por The Guardian. Se enfatizó que todos los presentes tienen la obligación de respetar las reglas sobre el uso de dispositivos electrónicos, limitándose a equipos oficiales como la tableta Microsoft Surface.

La NFL, además, estableció que Brady no puede asistir a entrenamientos ni reuniones de producción dentro de las propias instalaciones del equipo, en un intento de preservar la equidad competitiva y evitar filtraciones de información sensible. No obstante, la normativa vigente le permite participar de forma remota en reuniones de producción y estar presente en la cabina durante los partidos, siempre respetando los protocolos oficiales, tal como recuperó Fox Sports News.

El rumor del Fanatics Flag Football Classic: versiones y desmentidas millonarias

Paralelamente a la controversia en la NFL, Brady quedó envuelto en otro foco de atención: versiones periodísticas —iniciadas por Dave Portnoy, fundador de Barstool Sports— indicaban que el exquarterback habría recibido USD 75 millones para participar en el Fanatics Flag Football Classic, un torneo internacional previsto en Arabia Saudita para marzo de 2026. La cifra provocó asombro y encendió las especulaciones mediáticas, aunque el propio Brady optó una vez más por la ironía.

Brady defiende su integridad y compromiso con el fútbol americano ante las acusaciones (The Joel Klatt Show)

“¿Estamos sacando números al azar para reportarlos? Mientras tanto… Elvis hará el show del descanso y Babe Ruth firmará autógrafos”, publicó el exjugador en sus redes sociales, minimizando el rumor.

De todos modos, el evento —que tendrá lugar en la Kingdom Arena de Riad y contará con figuras como Rob Gronkowski y Christian McCaffrey— apunta a potenciar el flag football en Medio Oriente, de cara a su debut olímpico en Los Ángeles 2028, según reportó Fox Sports News.

Un equilibrio frágil entre deporte y poder

La situación de Tom Brady sintetiza el nuevo paradigma de la NFL, donde el peso del nombre y la versatilidad de las figuras pueden desafiar estructuras históricas. Su presencia en dos mundos tradicionalmente separados, como el ejecutivo y el periodístico, obliga a la liga, a los equipos y a los propios aficionados a repensar los límites éticos y legales del deporte profesional.

Tom Brady, ahora desde los despachos y las cámaras, desafía las reglas y expectativas de una liga marcada por la tradición y el espectáculo. Su caso servirá como referencia en el debate sobre los nuevos equilibrios de poder en la NFL, en un escenario donde los roles, la visibilidad y la influencia ya no responden a fronteras tan nítidas como en el pasado.

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