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Arde la pelea gremial: viejos aliados se dividen y amenazan con competir en listas separadas para elegir la nueva CGT

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Gerardo Martínez, Cristian Jerónimo, Andrés Rodríguez (arriba) vs. Héctor Daer, Armando Cavalieri y Hugo Moyano (abajo)

En la medida en que se acerca la fecha del congreso de la CGT del 5 de noviembre se aleja la posibilidad de un acuerdo sobre sus nuevas autoridades y ronda la sensación de que todo terminará en una ruptura.

Todo se complicó en las últimas semanas porque se dividió la alianza mayoritaria de la CGT en dos bloques de posturas antagónicas: por un lado, el nuevo sector sindical que apoya a Cristian Jerónimo (obreros del vidrio) como futuro miembro del triunvirato cegetista, impulsado por Gerardo Martínez (UOCRA) y Andrés Rodríguez (UPCN), y, por el otro, dirigentes de peso como Héctor Daer (Sanidad), Hugo Moyano (Camioneros) y Armando Cavalieri (Comercio), entre otros, que se oponen al ascenso de Jerónimo porque quieren que la próxima central obrera esté liderada por gremios representativos de la industria, el transporte y el sector de servicios.

Cada fracción busca sus aliados para tratar de imponer su postura, pero la pelea se agravó en las últimas horas porque el sector que respalda a Jerónimo le advirtió a sus rivales internos que si no ceden armarán una lista propia para que los congresales voten qué alternativa prefieren para conformar la nueva CGT. Sería algo inédito porque la elección de las autoridades cegetistas siempre surge de un acuerdo interno.

Cristian Jerónimo y Sergio Sasia, junto con Omar Plaini y Pablo Flores

El escenario actual tiene aroma a fractura, aunque nadie cree que finalmente se rompa la CGT antes de que el 5 de noviembre próximo se elija el Consejo Directivo que tendrá mandato hasta 2029.

Parece, en realidad, un juego de presiones que se extreman para luego sentarse a negociar. Jerónimo tiene como padrinos a dos dirigentes de sindicatos poderosos como Martínez y Rodríguez, y comenzó una ronda de contactos en las que fue sumando adhesiones de gremios chicos y medianos, en una construcción de tipo transversal: sus aliados surgen tanto del moyanismo como del kirchnerismo, y tanto del ala dura de la CGT como de la dialoguista.

Jerónimo, líder del Sindicato de los Empleados de la Industria del Vidrio (SEIVARA), de 16 mil afiliados, y actual secretario de Salud Laboral CGT, fue aliado de Pablo Moyano hasta que éste renunció a la central obrera y luego se alineó con Gerardo Martínez.

Héctor Daer, Octavio Argüello, Carlos Acuña y Hugo Moyano

Tiene un perfil dialoguista, representa una nueva generación sindical y es el eje de una nueva corriente que propone su llegada al próximo triunvirato de la CGT. Allí figuran Juan Pablo Brey (aeronavegantes), su principal operador; Omar Plaini (canillitas), Sergio Sasia (Unión Ferroviaria), Pablo Flores (AFIP), Guillermo Moser (Luz y Fuerza), Alberto Fantini (carne), Juan Carlos Murúa (plásticos), Juan Moreira (Ceramistas) y Mauricio D’Alessandro (FATUN), entre otros. Y ahora se habrían sumado los petroleros Marcelo Rucci, Jorge “Loma” Avila, Mario Lavia y Juan Carlos Crespi.

En la vereda de enfrente le apuntan a Jerónimo con munición gruesa: deslizan varias acusaciones contra el joven dirigente y sospechan que, por su impronta negociadora, pondrá la CGT “al servicio del Gobierno”.

Uno de los más renuentes a aceptar al dirigente del vidrio es Héctor Daer, que quebró así su vieja alianza con Gerardo Martínez y Andrés Rodríguez, dos miembros del sector independiente con los que maneja la CGT desde hace muchos años. Algunos amigos de Jerónimo sugieren que el líder de Sanidad, en el fondo, espera un “operativo clamor” que, ante el riesgo de una ruptura, lo termine encumbrando como único jefe de la CGT y así dejar a salvo la unidad sindical.

Gerardo Martínez y Cristian Jerónimo, con la directora del FMI, Kristalina Georgieva

Cerca de Daer está Hugo Moyano (Camioneros), quien coincidiría en que la nueva CGT debe ser liderada por el trípode industria-transporte-servicios y, en ese esquema, apuesta a que siga en el triunvirato su dirigente de confianza, Octavio Argüello.

En la misma sintonía se ubica Armando Cavalieri (Comercio), partidario de ese mismo reparto de poder interno sobre la base de privilegiar a “sindicatos muy representativos” para conducir la futura CGT.

En este bloque “no jeronimista” también se ubicarían desde Roberto Fernández (UTA) hasta Luis Barrionuevo (gastronómicos), quien insiste en que debe haber un único jefe de la CGT y opina que el gran candidato es Gerardo Martínez, que no quiere saber nada y alienta el ascenso de nuevos dirigentes.

Juan Pablo Brey, líder de los aeronavegantes (Foto gentileza: Enfoque Sindical)

La clave parece tenerla en sus manos Cavalieri, dueño de la mayor cantidad de congresales que decidirán las nuevas autoridades de la CGT, aunque el sector de Jerónimo ya movió sus piezas: Brey se reunió con Carlos Pérez, el secretario adjunto de Cavalieri en el Sindicato de Comercio Capital y presidente de la obra social OSECAC: como tienen una antigua relación y una mirada similar sobre distintos temas, nadie descarta que el gremio mercantil haga un viraje y pase a respaldar al candidato de Gerardo Martínez.

Un movimiento similar, aún sin resultados a la vista, hicieron los sindicalistas más cercanos a Jerónimo (Brey, Plaini y Flores) durante un almuerzo de unos 25 dirigentes con Barrionuevo, en el que varios se fueron con la sensación de un posible acuerdo.

La prueba de fuego para medir la fuerza de este flamante sector es la foto que, como anticipó Infobae, preparan los dirigentes gremiales que apoyan a Jerónimo, que hoy suman unos 20 y que, según sus impulsores, podrían llegar a ser entre 50 y 55.

Jorge Sola, uno de los candidatos a liderar la CGT

La temperatura de la pelea interna se elevó tanto que los “jeronimistas” amagan con no sumarse a la conducción de la nueva CGT si Argüello se queda en el triunvirato: es que ven en el dirigente de Camioneros a un exponente del “pasado” y a su colega del vidrio, al emergente de una generación que representa lo nuevo y, a la vez, la experiencia en la gestión.

Por ahora, el que mira más de lejos estas jugadas es Jorge Sola (Seguro), el candidato de Daer para el triunvirato de la CGT, que también tendría el aval de Cavalieri y de otros dirigentes importantes, para quienes su sesgo negociador y su perfil de sindicalista “moderno” encajarían en lo que se requiere para dirigir una central obrera en la Argentina del siglo XXI (curiosamente, es la misma descripción que podría hacerse de un dirigente como Jerónimo).

Parece debilitada, en tanto, la llegada de una dirigente mujer a la máxima conducción de la CGT, pero la “rosca” sindical está a pleno y no puede descartarse ninguna opción. Como es tradicional, hay tratativas hasta el minuto anterior a que comience el congreso cegetista. Lo cierto es que el fantasma de la ruptura sindical volvió a corporizarse con la amenaza de dos listas en pugna para la CGT. ¿Podrá evitarse? Queda menos de un mes para saberlo.

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