El estreno de la tarjeta verde marcó un hito en el inicio del Mundial Sub 20 de Chile durante el enfrentamiento por el Grupo B, en Valparaíso, donde Ucrania superó a Corea del Sur por 2-1. Esta innovación, implementada por la FIFA, otorga a los entrenadores la posibilidad de solicitar la revisión de una jugada en dos ocasiones por partido.
Luego de una jugada dudosa en el área de Ucrania, el entrenador coreano, Lee Chang-Won, solicitó una revisión y lo hizo con la nueva modalidad: tomó la tarjeta reglamentaria y se la entregó al cuarto árbitro. Finalmente, el referí no hizo lugar al pedido y no sancionó penal para el conjunto asiático al considerar que no hubo infracción.
En el segundo tiempo, también existió una revisión con este nuevo sistema. Ham Sun-Woo logró anotar para Corea del Sur, lo que habría significado el descuento, pero el equipo ucraniano recurrió a la nueva herramienta reglamentaria. El árbitro costarricense Keylor Herrera acudió entonces a la cabina del VAR tras la solicitud, y tras la revisión, invalidó el gol por un fuera de juego milimétrico en el minuto 52.
Además del enfrentamiento entre coreanos y ucranianos, hubo otros compromisos en la jornada inaugural de la cita mundialista juvenil. El anfitrión, Chile, se impuso por 2-1 ante Nueva Zelanda, Paraguay venció 3-2 a Panamá y Japón hizo lo propio al triunfar por 2-0 sobre Egipto.
¿Qué es la Tarjeta Verde? Esta herramienta, que tiene como nombre técnico Football Video Support (FVS), promete democratizar el acceso a la asistencia arbitral por video y reducir drásticamente los costos asociados a la tecnología en el deporte. El FVS, inspirado en mecanismos ya utilizados en disciplinas como el hockey y el rugby, se perfila como una alternativa más ágil y económica frente al VAR tradicional.
El FVS se distingue por su operatividad simplificada: requiere menos cámaras, un equipo técnico reducido y una logística mucho más liviana. Esta concepción responde a la necesidad de que federaciones con presupuestos limitados puedan acceder a herramientas que garanticen la justicia en el arbitraje sin incurrir en inversiones millonarias. Según la FIFA, el objetivo es que la tecnología llegue a todos los rincones del fútbol, eliminando barreras económicas y logísticas.
El sistema introduce una novedad significativa: los entrenadores de cada equipo tendrán la posibilidad de solicitar hasta dos revisiones por partido, utilizando una tarjeta verde como señal inequívoca de su pedido. Las revisiones estarán restringidas a situaciones de máxima trascendencia, como goles convertidos, posibles penales, tarjetas rojas directas y confusión de identidad, algo similar a lo que ocurre con el VAR.
De este modo, el FVS se activa únicamente en los momentos que pueden definir el rumbo de un encuentro, evitando interrupciones innecesarias y preservando la fluidez del juego.
El presidente de la Comisión de Árbitros de la FIFA, Pierluigi Collina, destacó la importancia de esta innovación al afirmar: “El FVS ha sido todo un éxito en las pruebas previas. Es fundamental abrir la tecnología a todos los rincones del fútbol”, según declaraciones recogidas por Infobae. Por su parte, el director de arbitraje de FIFA, Massimo Busacca, subrayó el valor de implementar el sistema en Sudamérica: “Chile es un país amante del fútbol y este torneo nos da la oportunidad de dejar un legado arbitral que puede marcar una nueva etapa en la interpretación del juego”.
Con la llegada del FVS, el fútbol internacional contará con tres variantes de “árbitro asistido por video” funcionando en paralelo. El VAR tradicional, basado en tecnología 2D, sigue siendo el más extendido y se utiliza en las ligas más poderosas. El VAR 3D o semiautomatizado, que debutó en el Mundial de Catar, incorpora imágenes tridimensionales y un balón con chip para detectar cada pase y contacto. Finalmente, el FVS se presenta como la opción más accesible, eliminando la figura de los árbitros VAR y permitiendo que los entrenadores activen la revisión en situaciones clave. Esta diversificación ofrece a las asociaciones miembro la posibilidad de elegir la herramienta que mejor se adapte a sus recursos, siempre con el objetivo de minimizar los errores en jugadas determinantes.