El diagnóstico de enfermedad de la neurona motora (EMN) en Lewis Moody, histórico capitán de la selección inglesa de rugby y campeón mundial, conmocionó al mundo del deporte y visibilizó una afección neurológica poco conocida pero de gran severidad.
Moody, de 47 años, comunicó recientemente su situación a través de su cuenta de Instagram y la describió como “increíblemente difícil de asimilar y un gran shock para mí y mi familia”.
¿Qué son las enfermedades de las neuronas motoras?
Las enfermedades de las neuronas motoras (ENM) constituyen un grupo de trastornos neurológicos progresivos que destruyen las células responsables de controlar los músculos esqueléticos, implicando funciones esenciales como caminar, respirar, hablar y tragar.
Cuando estas neuronas dejan de enviar señales a los músculos, se produce debilidad, atrofia muscular y movimientos cada vez más difíciles, llegando a afectar la independencia física del paciente.
Entre los principales tipos figuran la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), la parálisis bulbar progresiva, la esclerosis lateral primaria, la atrofia muscular progresiva, la atrofia muscular espinal y la enfermedad de Kennedy.
Cada una compromete en diverso grado a las neuronas motoras superiores (cerebro y médula espinal) e inferiores (nervios que conectan con los músculos), generando cuadros de debilidad muscular, rigidez, espasticidad y, en muchos casos, insuficiencia respiratoria, según indica National Institutes of Health (NIH).
Los síntomas pueden incluir fasciculaciones (contracciones musculares involuntarias), fatiga, dificultad respiratoria, problemas en el habla y la deglución, y reflejos hiperactivos. La evolución conduce a una discapacidad física creciente; en los casos más severos puede ser mortal, sobre todo cuando se comprometen los músculos respiratorios.
Las ENM pueden ser hereditarias o aparecer de forma esporádica, con síntomas manifestándose tanto en niños como en adultos, aunque la mayoría de las veces se diagnostican después de los 50 años. El diagnóstico suele ser complejo, ya que los síntomas iniciales pueden confundirse con otros trastornos, y requiere estudios neurológicos complejos.
A pesar de los avances científicos, no existe cura para la mayoría de las enfermedades de las neuronas motoras. Actualmente, los tratamientos buscan aliviar síntomas y preservar la autonomía y la calidad de vida del paciente tanto tiempo como sea posible, de acuerdo con National Institutes of Health (NIH).
Moody frente al diagnóstico
En el caso de Lewis Moody, todo comenzó con una debilidad perceptible en el hombro durante una sesión de gimnasio. Según relató a la BBC, fisioterapias y estudios médicos permitieron detectar daños en los nervios de cerebro y médula espinal compatibles con EMN.
Moody expresó: “Hay algo en mirar al futuro de frente y no querer procesarlo realmente en este momento. No es que no entienda hacia dónde va esto. Lo entendemos. Pero hay una absoluta reticencia a mirar al futuro por ahora”.
Actualmente, el exjugador afirma que los síntomas son leves, con cierta atrofia muscular en mano y hombro, aunque continúa desarrollando sus actividades cotidianas. “No me siento enfermo. No me siento mal. Mis síntomas son muy leves. Espero que eso continúe el mayor tiempo posible”, indicó.
¿Existe un vínculo entre la enfermedad de la neurona motora y el deporte profesional?
El caso de Moody se suma a una lista de deportistas con ENM, lo que ha despertado inquietud sobre una posible relación entre el deporte profesional y este tipo de afecciones.
Sky News indica que, aunque el riesgo general de desarrollar EMN es de uno en 300, estudios identifican una incidencia significativamente mayor en atletas: una investigación de 2022 concluyó que los jugadores de rugby tienen 15 veces más probabilidades de padecer la enfermedad de la neurona motora.
Entre los casos más notorios figuran los de Rob Burrow y Doddie Weir, ambos exjugadores de rugby fallecidos tras luchar contra la enfermedad.
Burrow, diagnosticado en 2019 y fallecido en junio de 2024 a los 41 años, dedicó sus últimos años a la difusión y recaudación de fondos para la investigación de la enfermedad. Weir, exinternacional escocés, murió en 2022 a los 52 años, cinco después de anunciar su estado.
A pesar de la dura noticia, Moody agradeció el acompañamiento recibido y la oportunidad de haber transformado su pasión en una carrera exitosa. El impacto del diagnóstico en el deporte genera interrogantes y promueve el debate sobre cómo proteger la salud de los atletas, mantener la visibilidad pública de la enfermedad y apoyar la investigación científica.