La expectativa por el posible regreso de la Fórmula 1 a Buenos Aires cobró fuerza tras las declaraciones de Franco Colapinto, quien expresó que le encantaría ver a la máxima categoría de automovilismo en su país natal. El piloto argentino tiene como uno de sus sueños poder correr en la Máxima ante su gente.
“Todavía parece un poco lejano. Hay mucho trabajo por hacer para que la F1 vaya allí, pero sería maravilloso si en el futuro pudiera hacerse realidad”, aseguró en testimonios consignados por Motorsport. Estas palabras, pronunciadas en la previa del Gran Premio de Bélgica, reflejan tanto el anhelo de los aficionados argentinos como la cautela ante los desafíos que implica el retorno de la F1 al Autódromo Oscar y Juan Gálvez.
El anuncio oficial realizado el lunes confirmó que el Mundial de Motociclismo volverá a la capital argentina en marzo de 2027, marcando el fin de una ausencia de 28 años y cerrando un ciclo de nueve ediciones en las que el campeonato de MotoGP se disputó en Termas de Río Hondo, en Santiago del Estero. La llegada de MotoGP a Buenos Aires no solo representa un hito deportivo, sino que también implica una transformación profunda del autódromo, cuyo nuevo trazado ha generado un intenso debate entre representantes del automovilismo local y seguidores históricos del circuito.
El rediseño del circuito, a cargo de Hermann Tilke, contempla una extensión de 4.340 metros para las competencias de MotoGP. Para una eventual carrera de F1, el trazado se ampliará en unos 500 metros mediante la incorporación de una horquilla final que alcanzará la zona actualmente ocupada por la pista de karting, la cual será trasladada a otro sector del predio. Tilke detalló que “el trazado será prácticamente el mismo para MotoGP y F1. Solo dos curvas serán un poco más amplias para la Fórmula 1, lo que hará que el circuito sea un poco más largo, pero en esencia, el diseño será el mismo”.
La decisión de modificar el autódromo ha suscitado críticas entre quienes consideran que los cambios no respetan la historia del lugar. Tanto representantes del automovilismo argentino como numerosos aficionados han manifestado su preocupación por la pérdida de elementos emblemáticos del circuito original, que albergó grandes premios internacionales y forjó parte de la identidad deportiva de la ciudad.
En este contexto, la opinión de Colapinto adquiere relevancia. El piloto de Alpine valoró positivamente el regreso de MotoGP a Buenos Aires, al afirmar que “es genial que MotoGP vuelva ahora a Buenos Aires. Es un país con aficionados muy apasionados y es fantástico ver que la categoría regrese”.
No obstante, advirtió que la adaptación del circuito para la F1 presenta desafíos adicionales: “llevar la F1 allí será un poco más complicado. Especialmente por los cambios en el circuito: creo que están más pensados para motos que para autos de F1. Pero sería fantástico en el futuro, si pueden hacer algo al respecto, sería increíble para los aficionados y para la F1 ver lo que realmente pueden lograr allí”.
“Me encantaría, por supuesto. Es uno de mis sueños, pero todavía parece un poco lejano. Hay mucho trabajo por hacer para que la F1 vaya allí, pero sería maravilloso si en el futuro pudiera hacerse realidad”, dijo.
El último Gran Premio de F1 en Argentina se celebró el 12 de abril 1998 con la victoria de Michael Schumacher con la Ferrari, lo que subraya la magnitud del desafío que implica su retorno. Mientras tanto, la confirmación del MotoGP en 2027 y las obras de remodelación del autódromo mantienen viva la esperanza de que, en algún momento, la Máxima vuelva a rugir en la capital argentina.