Inicio DEPORTES “Podría estar muerto”: la dramática confesión de un histórico goleador sobre sus...

“Podría estar muerto”: la dramática confesión de un histórico goleador sobre sus adicciones

5
0

Mario Jardel afirmó que

La vida de Mario Jardel transcurre hoy bajo la consigna de que “podría estar muerto”, una frase que resume el peso de sus batallas recientes y la magnitud de los desafíos que enfrenta a diario. A los 51 años, el exdelantero, célebre por su paso por clubes como Vasco, Grêmio, Porto, Sporting, Newell´s y Galatasaray, se esfuerza por dejar atrás un pasado marcado por la adicción al alcohol y la cocaína, así como por episodios de depresión y el trauma de su destitución política.

En diálogo con O´Globo, Jardel detalla cómo ha transformado su rutina para mantenerse alejado de la dependencia química y reconstruir su salud mental, mientras convive con recuerdos de una carrera brillante y cicatrices personales profundas.

La mente, que en su época de futbolista le permitió alcanzar la fama y convertirse en uno de los goleadores más temidos, se ha convertido en su principal aliada y, a la vez, en su mayor reto. Jardel reconoce que el equilibrio emocional es fundamental para evitar recaídas en el consumo de sustancias.

Mario Jardel, ante Vélez, en agosto del 2004 (Fotobaires)

“Es matar un león todos los días, sin duda. Para todo adicto es una lucha diaria. Hice algunos tratamientos, me recuperé y estoy firme y fuerte para que los caminos se abran aún más. No me da vergüenza hablar, las personas que me conocen saben cómo soy: bueno, que solo me hacía daño a mí mismo. Las tentaciones vendrán, pero cuanto más cerca estás de Dios, más te escucha y te protege”, contó.

Establecido en Fortaleza, su ciudad natal, Jardel lleva una vida mucho más tranquila que la de sus años como profesional. Su día a día transcurre entre ejercicios físicos, una alimentación controlada para perder el peso ganado tras la retirada y la asistencia regular a la iglesia, que se ha convertido en un pilar junto a la medicación para combatir la depresión.

“Soy un hombre de hogar, de iglesia, que se fortalece en Dios para alejar a las personas que no merecen estar cerca de mí. Llevo una vida muy familiar, sobre todo porque, como precaución por lo que he pasado, me protejo de muchas cosas que me hacían daño”, indicó.

Luego, agregó: “Hoy llevo una vida muy serena, tranquila, haciendo mis eventos fuera de Brasil, jugando partidos amistosos. Recibo muchas invitaciones, sobre todo porque tengo que pagar las facturas, ¿no? Ya no gano un sueldo millonario, busco tener una vida con la familia, muy ordenada, con cuidado por todo lo que he pasado. Después de dejarlo (de jugar), hoy soy consciente de que eso tenía que cambiar, y así fue».

Jardel no fue convocado a jugar el Mundial 2002, en el cual Brasil se consagró campeón
JIR/PB

La depresión, lejos de ser un adversario superado, sigue presente. Jardel, quien admite su condición de dependiente químico desde principios de los 2000, evita lugares y compañías que, según él, lo condujeron a una vida “desgraciada”. Tras una sobredosis sufrida en 2007, decidió enfrentar el problema abiertamente y hablar sin reservas sobre la dificultad de mantenerse alejado del alcohol y la cocaína.

“Donde quiera que voy, hay alguien ofreciéndome cosas. Hay que ser fuerte para decir que no. Nunca consumí drogas cuando jugaba y ahora, con esta nueva vida, con el cambio que decidí hacer, es muy importante (rechazar). La responsabilidad de los eventos, de estar cerca de la gente de la alta sociedad, de los partidos, siempre habrá alguien ofreciéndote cosas. Es una lucha diaria. Llega la depresión, los problemas, el desencadenante… hay que controlarlo con la mente”, explica.

Aunque prefiere no precisar desde cuándo está “limpio”, asegura que lleva “un buen tiempo” sin consumir cocaína, una sustancia que influyó decisivamente en el desenlace de su carrera, que concluyó en 2010 en el Cherno More de Bulgaria.

“Estoy contento con mi estado actual. Tomo mi medicación para ayudarme a dormir, tomo antidepresivos, no tanto como antes, pero tomo un poco…”, comenta.

Jardel atribuye su supervivencia a la fe: “Tengo mucha fe en Dios, que me mantuvo vivo por mi cambio. Porque por todo lo que hice mal, ya podría estar muerto, pero soy un tipo bendecido. Todo el mundo me quiere, no le hago daño a nadie. Solo me lo hacía a mí mismo, pero hoy puedo levantar la mano al cielo con mucha confianza y discernimiento de que estoy llevando la vida que Dios quiere”.

El recorrido profesional de Jardel comenzó en el Ferroviário y se consolidó en el Vasco, donde fue tricampeón estadual entre 1992 y 1994, con 36 goles en 75 partidos. Tras un conflicto con la directiva, se trasladó al Grêmio, donde se erigió como uno de los máximos goleadores del fútbol brasileño: 65 goles en 84 partidos, bicampeón gaúcho (1995/96), campeón y máximo artillero de la Libertadores (1995) y de la Recopa (1996).

El salto a Europa lo llevó al Porto, donde firmó 168 goles en 175 partidos, fue multicampeón y dos veces ganador de la Bota de Oro como máximo goleador del continente, además de ser el máximo artillero de la Champions League y cinco veces del Campeonato Portugués. Jardel sigue siendo el único brasileño que ha sido máximo goleador tanto de la Copa Libertadores como de la Champions.

Con la selección brasileña, disputó diez partidos y anotó un gol. Sobre su ausencia en la Copa del Mundo de 2002, Jardel sostiene que merecía más que Romário estar en la lista, aunque no guarda resentimiento hacia Felipão Scolari: “Por lo que hice, por el momento en el que me encontraba, yo (en lugar de Romário). Fui el mejor delantero del planeta y no fui al Mundial. No juzgo a Felipão, le tengo mucho cariño. Llevó a Luizão, no lo juzgo. No guardo rencor a nadie, no sirve de nada guardar rencor, te pesa”.

Tras colgar los botines, Jardel incursionó en la política y fue elegido diputado federal por Rio Grande do Sul en 2014, con 41.227 votos. Sin embargo, su mandato terminó abruptamente tras ser destituido por unanimidad (51 votos a favor, ninguno en contra) debido a denuncias de organización criminal, peculado y uso de documentos falsos, así como por supuestas irregularidades en la gestión de su gabinete. Casi una década después, Jardel reflexiona sobre esa etapa, que agravó su depresión, y no descarta regresar a la política, esta vez representando a Ceará, aunque no lo considera una prioridad.

“Me acusaron de muchas cosas que no hice, las personas que me hicieron daño lo saben. Y no voy a dar nombres aquí. Entraba en el ascensor para subir a la Asamblea, los diputados querían fotos, no sé qué… No sabía adónde ir, también me equivoqué en la elección de mis asesores. Lo equivoqué todo, lo admito. Eso es pasado, no descarto volver a ser diputado estatal aquí en Fortaleza, cuando sea el momento adecuado para ser concejal, diputado, aliado, pero en el ámbito del deporte, en lo que sé hacer”, concluyó.

Jardel brilló en Europa REUTERS

Dejar una respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here