
La primera semana de la doble campaña ensamblada fue difícil para el oficialismo libertario. Algo no funciona en el corazón político del Gobierno: los bornes que articulan el triángulo de hierro están sulfatados.
No se trata solo del malestar entre los soldados celestiales por haber sido excluidos de las listas provinciales; hay algo más pesado, vinculado al armado electoral de cara a octubre.
Las profundas diferencias sobre la estrategia comicial, que enfrentan al asesor estrella Santiago Caputo —líder de Las Fuerzas del Cielo— con la avanzada terrenal de la hermana presidencial, secundada por el equipo de los Menem, empiezan a pasar inquietantes facturas.
La avasallante conformación de alianzas que “el Jefe” forzó en varios distritos dejó un tendal de heridos que ninguna ambulancia partidaria logró recoger ni contener a tiempo.
La decisión de ir con los propios, desplazando a dirigentes con trayectoria parlamentaria, tuvo un altísimo costo en las sesiones de esta semana, cuando se trataron temas de extrema sensibilidad.
Legisladores que hasta hace poco eran aliados incondicionales mutaron en electrones libres, dispuestos a votar por cuenta propia.
El miércoles, en una sesión electrizante, Diputados volteó el veto de Milei a la ley de emergencia en discapacidad con una mayoría abrumadora: 172 votos a favor, 73 en contra y 2 abstenciones, muy por encima de los dos tercios requeridos. María Eugenia Vidal y Gabriela Besana se abstuvieron, pese a que inicialmente habían votado contra el proyecto. Solo febriles gestiones de último minuto lograron blindar el veto a la suba de las jubilaciones y al ajuste del bono.
Santiago Caputo se involucró personalmente en las negociaciones con gobernadores que permitieron sostener, apenas, la voluntad presidencial de no aumentar las jubilaciones. El asesor todoterreno salió a enmendar sobre la marcha los daños ocasionados por el avance territorial del karinismo.
Su empeño no alcanzó para frenar la aprobación del proyecto de los gobernadores que ordena que el Fondo de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) se reparta de forma diaria y automática según los criterios de la coparticipación federal.
Mientras Caputo proponía negociar alianzas sin confrontar en distritos naturalmente aliados —como forma de proteger hacia adelante las políticas nodales del Gobierno—, en la práctica se impuso la impronta de “el Jefe”, avalada por el propio Milei: ir con los propios a cualquier costo. La jugada enojó aún más a los gobernadores.
La sostenida política de golpear tanto a afines como a opositores se está volviendo demasiado costosa para el partido de la libertad.
En la madrugada del viernes, en otra jornada negra para el oficialismo, el Senado convirtió en ley la emergencia de la salud pediátrica y de las residencias nacionales, que obliga al Ejecutivo a financiar al Hospital Garrahan y a las universidades. En ambos casos, con mayoría de más de dos tercios. También fueron derogados cinco decretos de Federico Sturzenegger que reducían la estructura del Estado.
La mayoría obtenida garantiza un cortafuegos frente al casi seguro veto presidencial.
Milei calificó lo ocurrido en el Congreso de “espectáculo macabro”. Acusó al Parlamento de estar secuestrado por el kirchnerismo y de buscar la quiebra del país. Desde allí le respondieron con discursos feroces: Juliana Di Tullio replicó que lo que Milei quiere es cerrar el Congreso.
En una suerte de House of Cards a la criolla, la interna que agita la mesa chica libertaria sumó nuevos capítulos.
A la embestida contra el ministro de Salud, Mario Lugones —cuestionado por la tragedia del fentanilo contaminado—, se agregó la filtración de audios del titular de la Agencia de Discapacidad (ANDIS). Diego Spagnuolo, ex abogado y amigo personal de Milei con acceso directo a Olivos, asegura en una grabación clandestina que Eduardo “Lule” Menem integra un entramado de corrupción en la compra de medicamentos.
El material se difundió apenas horas antes del debate de la emergencia en discapacidad. Demasiada precisión para atribuir al azar: imposible no pensar en un carpetazo.
Más allá de intrigas, tanto el fentanilo asesino como los audios golpean en el centro mismo del poder.
En el caso de la contaminación masiva, el Estado quedó expuesto en su incapacidad de prevenir una tragedia sanitaria evitable con controles básicos. La justicia apartó al Ministerio de su rol de querellante para investigar la responsabilidad de los funcionarios.
El escándalo de los audios mostró a un oficialismo paralizado, incapaz de controlar daños. La respuesta fue echar al denunciante y a Daniel María Garbellini, director de Acceso a los Servicios de Salud de ANDIS.
La oposición kirchnerista fue mucho más rápida: gatilló pedidos de informes en la sesión más caliente de Diputados. Gregorio Dalbón presentó una denuncia judicial y la justicia intervino de inmediato.
Spagnuolo, a quien el oficialismo no pudo localizar en las horas posteriores a la filtración, fue hallado este viernes en un allanamiento en un barrio privado de Pilar. La policía le secuestró dos teléfonos, una computadora, una máquina para contar billetes y documentación. En paralelo, al empresario Emmanuel Kovalivker, de la Droguería Suizo Argentina, se le incautaron teléfonos, pasaporte, U$D 26.600 y 7 millones de pesos.
Jonathan Kovalivker, hermano del anterior, desapareció minutos antes del allanamiento de su casa en Nordelta de donde partió dejando una de sus tres cajas de seguridad abiertas. En una de las restantes se hallaron U$D 50.000.
El juez dispuso la prohibición de salir del país a todos los allanados, incluído el denunciante Diego Spagnuolo.
La denuncia de Dalbón, abogado del entorno de Cristina Fernandez de Kirchner, pide investigar por cohecho, administración fraudulenta, negociaciones incompatibles, violación a la ética pública y posible asociación ilícita.
El arranque de la campaña queda atravesado por estas crisis que el Gobierno prefiere ignorar. Milei apuesta a teñir de violeta el mapa de octubre con un discurso polarizador.
Nada de esto parece descolocarlo. Su narrativa logró confundir al arco opositor: mientras el kirchnerismo aparece como rival principal, los partidos de centro derecha lucen desorientados, sin articular una respuesta a la demanda social.
La pregunta es si al votante promedio, no radicalizado, le alcanza con los dos ejes de Milei: derrotar al kirchnerismo y sostener el equilibrio fiscal.
“Milei no tiene a quién ganarle”, dijo el politólogo Pablo Semán, una definición ajustada al momento.
Las listas de LLA combinan sobrevivientes de la implosión de Juntos por el Cambio con libertarios incondicionales y outsiders del espectáculo, el deporte y el show business.
Mientras tanto, la oposición aparece hiper fragmentada. Los intentos de una tercera vía se deshicieron antes de inscribir candidatos.
Interlocutores con experiencia advierten un cambio absoluto en la cultura política que la dirigencia no logra registrar, lo que se traduce en desconcierto e incapacidad de ofrecer alternativas que interpreten el momento.
El mapa político se reconfigura a una velocidad de vértigo. La oferta no ordena la demanda, y muchos que batallaron contra el kirchnerismo pero objetan parte de las políticas mileístas no encuentran dónde ubicarse.
La irrupción de los audios malditos y la celeridad puesta por la Justicia puede cambiar el curso de los acontecimientos. La noticia está en desarrollo.