
La figura de Laura Soldano se define por la ruptura de moldes y la multiplicidad de facetas que componen su trayectoria. Próxima a competir como segunda candidata a diputada nacional por La Libertad Avanza en Córdoba, y a sus 44 años, Soldano se perfila como una de las representantes peculiares del partido libertario, con un recorrido que abarca desde el alto rendimiento deportivo hasta la intervención en espacios de autoayuda, espiritualidad y liderazgo político.
El inicio de su exposición pública estuvo ligado al mundo del fitness, donde cosechó reconocimientos de alcance nacional e internacional. Su disciplina la llevó a consagrarse campeona de Bikini Fitness, en 2015, en escenarios de Estados Unidos, como Las Vegas y Nueva York, y a consolidar una comunidad de seguidores atraídos por la coherencia entre sus resultados deportivos y su mensaje sobre la autosuperación.
Esta etapa le permitió desarrollar su método de entrenamiento FIIT, así como publicar el libro “Sé tu mejor versión”, dirigido a quienes buscan incorporar hábitos saludables y rutinas de ejercicio como herramientas para el cambio personal.
Su presencia digital en redes sociales reforzó su posición de referente, exhibiendo rutinas, recetas y consignas motivacionales. En este primer ciclo, el relato de Soldano giraba en torno a la disciplina del cuerpo y el rendimiento físico como vehículos de éxito y bienestar.
El viaje hacia la espiritualidad
Sin embargo, ese eje se resquebrajó debido a una crisis vital que la llevó a replantear su rumbo. Según sus propias palabras, la cima del reconocimiento en el ámbito fitness ocultaba un sentimiento de vacío interior y la sensación de estar atrapada en un personaje. Ese quiebre la impulsó a explorar la espiritualidad, la introspección y el autodescubrimiento como respuestas frente a la exigencia constante.
El giro implicó un proceso de formación en meditación y disciplinas místicas, a partir del cual Soldano comenzó a articular un discurso más amplio, en el que la salud física y el equilibrio espiritual se combinan como aspectos indisociables. En entrevistas y publicaciones, relató experiencias de transformación introspectiva y la aceptación de dimensiones personales antes negadas, como su “lado oscuro”, una idea que la llevó incluso a identificarse con el arquetipo de la “bruja interior”. Desde este lugar, su propuesta pública pasó de la exhibición corporal a convertirse en guía espiritual para otros, posicionándose como puente entre tradición, autoconocimiento y aspiraciones colectivas.
La revelación y su compromiso político
El cambio personal se trasladó luego al plano político, en un recorrido que ella describió como consecuencia de una visión reveladora. Durante una meditación, Soldano confesó haber visualizado a Javier Milei como futuro presidente del país y a Argentina como un “faro de luz” en el mundo. Decidida a militar por ese ideal, abandonó sus iniciativas empresariales y se abocó a tiempo completo al armado de La Libertad Avanza.
Esto tuvo impacto directo en Río Cuarto, donde la dirigente emergió como referente local bajo la presentación del diputado Gabriel Bornoroni. Su salto a la política estuvo marcado por la misma intensidad y compromiso que la caracterizó como atleta, buscando trasladar su liderazgo carismático a la arena electoral.
El perfil público de Soldano resultó llamativo, incluso dentro del espacio que representa. Su discurso no se limita a argumentos técnicos ni a consignas económicas: interpela desde el lenguaje de la autoayuda, la espiritualidad y la defensa rotunda de la libertad individual. Temas como la energía positiva, la conexión entre opuestos –luz y oscuridad, yin y yang– y la idea de misión personal se mezclan con referencias constantes a la “batalla cultural” y la necesidad de cambiar estructuras que, según ella, operan contra el interés de la sociedad.
Frente a las críticas, Soldano insiste en su método: la entrega absoluta al proyecto libertario, que expresa en la fórmula “estoy 24/7 con este proyecto”. Su discurso descansa en la idea de que la legitimidad surge del compromiso vital, del hecho de “dar todo”.
La candidatura nacional la enfrentará a un terreno diferente, donde deberá demostrar si el magnetismo de su historia y su capacidad de comunicar ideales se traducen en aportes efectivos para el debate legislativo y el diseño de políticas públicas. La campaña de 2025 pondrá a prueba su tránsito de la autoexploración y la motivación colectiva a la práctica de la representación política en el Congreso nacional.